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miércoles, 11 de marzo de 2015

Fábulas de Samaniego

Félix María Serafín Sánchez de Samaniego Zabala  (1745 – 1801) fue un escritor español famoso por sus fábulas. Sus cuentos más subidos de tono fueron compuestos al estilo de las Fábulas eróticas de Jean de la Fontaine. Por estos escritos y otros de índole anticlerical, sufrió la persecución de la Inquisición.
Aparte de "La mona", ya publicada antes (AQUÍ), tenemos ahora unas cuantas fábulas entre las que, seguro, alguien recordará más de una.


Puede escucharse mientras 
se sigue el texto en el 
vídeo que figura al pie


EL CONGRESO DE LOS RATONES
Desde el gran Zapirón, el blanco y rubio,
 que después de las aguas del diluvio
fue padre universal de todo gato 
 ha sido Miauragato
quien más sangrientamente
 persiguió a la infeliz ratona gente.
Lo cierto es que obligada
 de su persecución, la desdichada
en Ratópolis tuvo su congreso.
 Propuso el elocuente Roequeso
echarle un cascabel, y de esta suerte
 al ruido escaparían de la muerte.
El proyecto aprobaron uno a uno.
 ¿Quién lo ha de ejecutar? Eso ninguno.
"Yo soy corto de vista.” “Yo soy viejo.
 “Yo gotoso”, decían. El consejo
se acabó como muchos en el mundo.
 Proponen un proyecto sin segundo.
Lo aprueban. Hacen otro. ¡Qué portento!
 ¿Pero la ejecución? ¡Ahí está el cuento!

EL ASNO Y EL COCHINO
Envidiando la suerte del cochino, 
Un asno maldecía su destino.
- Yo - decía - trabajo y como paja;
él come harina y berza y no trabaja:
a mí me dan de palos cada día
a él le sacan y halagan a porfía.
Así se lamentaba de su suerte;
pero luego que advierte
que a la pocilga alguna gente avanza
en guisa de matanza,
armada de cuchillo y de caldera,
y que con maña fiera
dan al gordo cochino fin sangriento, 
dijo entre si el jumento:
- Si en esto para el ocio y los regalos,
al trabajo me atengo y a los palos

LA SERPIENTE Y LA LIMA
En casa de un cerrajero
entró una serpiente un día, 
y la insensata mordía
en una lima de acero.
Díjole la lima:  - El mal
necia, será para ti:
¿Cómo has de hacer mella en mí
que hago polvos el metal?
Quien pretende sin razón
al más fuerte derribar,
no consigue sino dar
coces contra el aguijón.

LAS MOSCAS
A un panal de rica miel
dos mil moscas acudieron 
que por golosas murieron
presas de patas en él.
Otra dentro de un pastel
enterró su golosina.
Así, si bien se examina,
los humanos corazones
perecen en las prisiones
del vicio que los domina.

EL HOMBRE Y LA CULEBRA
A una culebra que de frío yerta
en el suelo yacía medio muerta,
un labrador cogió; mas fue tan bueno
que incautamente la abrigó en su seno.
Apenas revivió, cuando la ingrata
a su gran bienhechor, traidora mata.

EL PERRO Y EL COCODRILO
Bebiendo un perro en el Nilo
al mismo tiempo corría. 
- ¡Bebe quieto! - le decía
un taimado cocodrilo.
Díjole el perro, prudente:
 - Dañoso es beber y andar;
pero ¿es sano el aguardar
a que me claves el diente?.
¡Oh qué docto perro viejo!
yo venero tu sentir
en eso de no seguir

 del enemigo el consejo.

LOS GATOS ESCRUPULOSOS
¡Qué dolor! Por un descuido
Micifuz y Zapirón
se comieron un capón
 en un asador metido.
Después de haberlo lamido
trataron en conferencia
si obrarían con prudencia
en comerse el asador.
¿Lo comieron? ¡No, señor!
Era un caso de conciencia.

LA PALOMA
Un pozo pintado vio
una paloma sedienta:
tiróse a él tan violenta
que contra la tabla dio
Del golpe al suelo cayó, 
y allí muere de contado.
De su apetito guiado,
por no consultar al juicio,
así vuela al precipicio
el hombre desenfrenado.




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