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miércoles, 29 de noviembre de 2017

Las Notas del Dr. Hexápodus desde 11 Helador

Y esta vez, el Doctor emprende un viaje que 
resultará su mayor aventura y la más 
sorprendente desde el momento en que 
consigue un raro guía y ayudante..
 



LAS NOTAS DEL Dr. HEXÁPODUS








 
EL CUADERNO
  (Desde 11 Helador)
11 Helador
En la librería he comprado una obra interesante; se trata de “Termodinámica alada” del profesor Simeón Enúrez, me lo llevo a mi sillón favorito y, sin darme ni cuenta, se me hace de noche, tan interesante es. Viene a desarrollar una aplicación práctica, local y reproducible del “efecto mariposa”. No se trata de provocar un tsunami en las antípodas; sino que, basándose en la sabiduría popular, el profesor ha sido capaz de deducir una aplicación práctica de ese dicho que reza “cuando el grajo vuela bajo hace un frío del carajo”.
El profesor Simeón viene a demostrar que no es que el grajo vuele bajo debido al frío reinante, sino que pone de manifiesto la inversión de la causa y el efecto, llegando a la conclusión de que si hace frío éste es inducido por el vuelo rasante del córvido. El aleteo produce alteraciones en la entropía así como desplazamientos del aire superficial más cálido, que a su vez provocan la afluencia de masas de aire más frío procedente de las capas altas de la atmósfera.
En uno de sus primeros experimentos pudo constatar el descenso de una décima de grado centígrado en la temperatura ambiente de un cálido día de verano. Y eso sólo con el vuelo de un único grajo. A partir de ese momento se afanó en la construcción de un aviario en el que llegó a tener hasta dos docenas de esos córvidos, pertenecientes a la subespecie corvus frugilegus frugilegus a los que renombra en este trabajo, por sus efectos sobre el clima, como corvus frigilegus frigilegus.
Con esta bandada llegó a conseguir un descenso puntual de la temperatura de dos grados centígrados, aunque sus detractores alegan que dicho refrescamiento ambiental se debe más al efecto ventilador de sus aleteos que a una prueba concluyente de que su teoría funcione.
De todos modos ha sido una lectura apasionante y, como quiera que los conocimientos del profesor sobre los córvidos pueden serme útiles en mi próxima expedición, tengo que hacerle una visita lo más pronto que me sea posible, mañana mismo.

13 Helador
Ayer me desplacé a fin de visitar al profesor Simeón en su laboratorio situado en las afueras de Sandulia, camino de Arsix y antes de llegar al borde del Desierto Blanco, en un paraje aislado llano y sin arbolado que pudiera impedir los vuelos rasantes. El Profesor, tras ilustrarme con sus amplios conocimientos sobre los córvidos y especialmente en la especie que me interesa, la Pica pica, se empeña en demostrarme, con un centenar de grajos, la operatividad práctica de su teoría.

15 Helador
Ahora me encuentro en cama curándome de un resfriado de garabatillo, o sea que habré de aplazar unos días mi próxima expedición. Mientras me recupero echo una ojeada a la bibliografía que emplearé en mi próximo volumen dedicado a la Pica aurífera (vulgo urraca minera):

“Nidos brillantes” de Californio Search
“La otra fiebre del oro” de Californio Search
“Despepitarse por las pepitas” de Aurelio Trepante
“Todo lo que reluce” de Márgaret SunShine
“La Gazza ladra” de Quim Rossino

19 Helador
Ya estoy recuperado y el técnico ha venido y me ha reparado la sintecook. Para celebrarlo he rellenado el depósito que estaba totalmente vacío de proglómeros y me he sintetizado unas tortitas con sirope y un gran vaso de proteisint al cacao.
Ya me encuentro mucho mejor, así que iniciaré mañana mi expedición a los Montes Áureos, un lugar en donde se concentraba la mayor población de urracas mineras en los tiempos de la fiebre del oro. No se sabe cómo ha evolucionado la población de urraca minera, ya que ningún explorador ni ornitólogo se ha aventurado por allí, y por eso hice mío el reto de divulgar cómo había evolucionado su población, así como su vida y costumbres tras tantos años de aislamiento.

20 Helador
Antes de salir, como esta expedición va a ser muy prolongada en el tiempo, he tenido que resolver la alimentación de Garfio, porque el dosificador automático de pienso no tiene suficiente autonomía. Como no tenía a quién dejárselo y en Sandulia no hay granjas de mascotas en donde alojarlo, me vi obligado a conectar la sintecook al dosificador y programarla para que fuera reponiendo pienso y agua en la medida del consumo y, de propina, para que fuera sintetizando de vez en cuando algún filete protéico. Por la deyecciones no hay ningún problema porque ya sabe hacerlas donde corresponde y he comprobado que el sistema de reciclaje funciona a la perfección.
El único medio de transporte hacia la frontera de Lirondia es un destartalado ciclobús en el que a duras penas he podido colocar mi equipo de investigación, material de escalada, cuadernos y algunos comestibles. Lo más molesto y cansado de este medio de transporte es tener que andar pedaleando cada viajero en su asiento, y lo peor es que no se sabe a ciencia cierta cuanto puede durar el viaje, pues todo depende del número de pasajeros y de las ganas de pedalear que tengan. En esta ocasión el ciclobús va sólo a medias o sea que ya puedo armarme de paciencia y pedalear unos días más de los que calculaba. Lo que no se puede negar es que el vehículo es bien respetuoso con el medio ambiente y nada contaminante, salvo cuando tenemos que hacer alguna parada para aliviar la vejiga o el vientre.
Al llegar la noche nos detenemos en un parador para cenar, dormir y recuperarnos de las horas de pedaleo. Ya veremos cómo voy a estar mañana con las agujetas.
Como quiera que el viaje se va a hacer bastante largo y monótono puesto que en su mayor parte atraviesa el Desierto Blanco, no voy a relatar aquí esas aburridas jornadas que nos faltan hasta llegar a Arsix, así que proseguiré el relato en el momento en que lleguemos.

27 Helador
Por fin hemos llegado a Arsix, que es un importante nudo de comunicaciones enclavado en un oasis en pleno corazón del desierto y que, además, es la última población importante hasta la frontera. El viaje ha resultado cansado, pero hacía tanto tiempo que no hacía ejercicio que no me va a ir nada mal esta puesta a punto para llegar a los Montes Áureos que quedan bastante lejos, hacia el noreste. Además el pedalear sin descanso en todo el trayecto me ha ido bien, el viaje me ha costado menos de siete céntimos de Selén.
Encontré una posada, la única que había, con aspecto destartalado y descuidado, con telarañas colgando en la escalera, pero era lo único que había. Esta noche necesito descansar del viaje y cenar algo caliente. Me sorprende, tras la vista del establecimiento, encontrarme una habitación limpia y acogedora, con una ventana que da a la plaza
Después de cenar un buen plato de olla de no se qué, pero muy reconfortante, escribo estas notas y me voy a dormir

28 Helador
Intento encontrar un medio de transporte de servicio público pero no lo hay, además los carreros, cicleros y reateros se echan atrás tan pronto les menciono el destino.
Han pasado muchos años desde la fiebre y aquello se ha convertido ya en un territorio muy lejano, inexplorado y, según dicen, casi intransitable y peligroso.
Finalmente no tengo más remedio que comprarme una carreta ligera tricíclica, porque es el único vehículo que podría circular por los antiguos caminos, que seguro estarán poco practicables, y también un jumento para tirar de ella. Para pernoctar ya llevo saco de dormir, pero pienso que mi expedición va a ser larga e incómoda y un poco de comodidad adicional no vendrá mal, así que consigo una carpa de campo de segunda mano a buen precio que me permitirá dormir a cubierto ahora que se va aproximando el invierno.
Compro también algunas provisiones aparte de las que ya traigo de casa, porque dudo que por allí pueda encontrar algo, y cargo también una pelleja de vino y un odre de agua aunque me consta que en el camino hay muchos arroyos y manantiales. En total las compras, incluyendo carreta y asno, me han salido por dos solanes, que considero bastante aceptable.
Definitivamente iba a necesitar ayuda para esta expedición. Normalmente suelo ser un viajero solitario; pero en esta ocasión, dada la envergadura del proyecto, necesitaba un guía y auxiliar. Por tanto hice correr la voz y a mediodía tenía unos diez candidatos, sólo que cuando les dije el destino de la expedición desaparecieron como por ensalmo. Únicamente quedaba en la plaza desierta un extraño personaje, huesudo hasta casi parecer esquelético, de mentón y pómulos prominentes, nariz ganchuda y frente estrecha, poblada por unas enormes cejas negras, y con una mirada penetrante y fría como el hielo. Vestía unas ropas raídas, pero limpias, como casi toda la población de Arsix, y era tan moreno que me hizo pensar que se dedicaba a la agricultura o alguna otra labor expuesta a los rigores del sol del desierto.
Se me acercó y, sin mediar palabra, recogió del suelo mi valija, acomodó en la carreta mi equipaje, unció el jumento al doble varal en forma de diapasón acabado en la articulación de la rueda frontal, se montó en el pescante y empuñó las riendas en una mano y la barra de la dirección que gobierna la rueda delantera en la otra mano; yo, sin salir de mi asombro y sin ser capaz de emitir palabra alguna, me subí mecánicamente a su lado en el pescante y él, restallando al aire el látigo (ahora no recuerdo con qué mano), gritó -¡Arre!. El animal salió pasito a pasito hacia la frontera del Norte en dirección a Lirondia. Era la primera palabra que le oía pronunciar y me quedé sorprendido. Tenía una voz grave y profunda, como con rever, pero de una sonoridad armónica muy distante de lo que cabría esperar por su desgalichado y desastrado aspecto.
Pues bien, sin comerlo ni beberlo, sin tener ocasión de dar mi aprobación ni rechazo, ya tenía un guía y ayudante. El viaje prometía ser interesante y hasta sorprendente.
Tras una parada a mediodía, a la sombra de un gran nogal para comer, reemprendimos el viaje y después de atravesar el último núcleo aparentemente habitado en la zona, una pequeña aldea semiderruida en la que no pudimos ver ánima viviente, nos desviamos de la ruta principal y nos internamos por un camino hacia Levante poco transitado, dejando atrás campos de cultivo y pastizales abandonados tiempo atrás. El camino aún se mantenía en bastante buen estado, aunque ya había sido colonizado por matorrales, y más concretamente por alfalfa silvestre y avena borde, lo que no nos impedía seguir avanzando hacia las lejanas montañas, salvo por las frecuentes paradas del jumento para mordisquear el verde tapiz.
La ruta se hacía cada vez más intransitable aunque no presentaba demasiadas dificultades para el paso de mi carreta gracias a su estructura en punta de lanza, aunque a veces nos veíamos obligados a esquivar ramas bajas que podrían hacernos caer del pescante.
Como vamos a pasar luengos días en compañía, pienso que debería ponerle un nombre al jumento y se me ocurre llamarle a partir de ahora, en vista del tempo de su ambladura, “Adagio”. Y por lo que respecta al guía, finalmente logro sonsacarle otras dos escuetas palabras, su nombre y apellido era Lupizius Wolfi. La verdad es que no me va a distraer demasiado de mis estudios y meditaciones con su excesivo parloteo.
La vegetación se va cerrando como una espesa selva, aunque con algunos claros dispersos. Al comenzar a oscurecer paramos en uno de esos claros, Lupizius desengancha al animal y éste comienza a pastar por los alrededores. Lupizius enciende una fogata. Si ya me sorprendió cuando se autocontrató, me sorprendió más al encender la hoguera. Yo siempre llevo para prender el fuego, si hay sol una Biconvex, y si no hay sol, el clásico encendedor de fricción; pero él ha sacado de un bolsillo un cilindro poco más grueso que un pulgar, del que ha hecho brotar una potente lengua de fuego que aplicada a unas ramitas han prendido con llama viva. Algo así había visto en el Museo, pero aquello debía valer una fortuna y me ha extrañado verlo en poder de esta especie de extraño vagabundo.
A continuación ha extendido la carpa, ha colocado el saco de dormir, ha preparado una sopa caliente de cebolla gris y después de trabar a Adagio, se ha echado a dormir sobre la hierba sin decir esta boca es mía. Yo acabo cenando la sopa y, tras redactar estas notas, me retiro a la carpa y al saco de dormir.

 


(Si queréis ampliar conocimientos o aclarar dudas podéis consultar los anexos publicados anteriormente)

jueves, 23 de noviembre de 2017

Las Notas del Dr. Hexápodus desde 25 Vendimiano

Un viaje a Poor Span para estudiar a 
los partipolistas y una desagradable
sorpresa al comprobar que su tragantija
no ha servido para lo que pretendía.








 
LAS NOTAS DEL Dr. HEXÁPODUS





 
EL CUADERNO
  (Desde 25 Vendimiano)
 25 Vendimiano
Suerte que me he despertado, ¡vaya pesadilla! Una hoja seca con dientes de palmo y medio me perseguía y yo era un filete de pechuga de gallinonte, la verdad es que no sé cómo podía correr, la hoja volaba por los aires pero yo… Así recorríamos montes, prados y desiertos y la hoja no paraba de perseguirme. ¡Hay que ver cómo sudaba yo!, pero no era sudor, eran jugos que la hoja iba lamiendo golosamente sin perderme de vista y acercándose cada vez más. Cuando ya estaba a punto de darme alcance, apareció ante mí un enorme gato marsupial hambriento y se me tragó de un bocado. Cuando bajaba por su tracto digestivo me desperté. Ahora miro a Garfio con ojos recelosos y voy a procurar tenerle el comedero a rebosar, además acabo de darle un filete de pechuga que ha engullido inmediatamente. Ahora mismo se está relamiendo y me mira fijo. ¡No debo ser tan aprensivo!
Con la caja me voy al transportista y me libro de ella, ¡qué descanso! Alguien se preguntará que a dónde la he enviado. ¡Vaya pregunta más tonta!, ¿dónde va a ser?, a casa de Criticio Faltón ¡a ver si se libra de ésta!, porque; según he leído en El Vocero, la engañaolfatos no pudo hacer nada con él ya que padece de anosmia y, encima, cuando llegó el paquete estaba con un resfriado de garabatillo.
De haberlo sabido se la habría enviado a Francolio Firtrán, que ya me tiene negro con su último libro en catorce volúmenes titulado “La ladilla rubia de Nínive etc., etc., etc., etc.,…” Ah, por cierto, ya voy por el tercer párrafo - si, todavía - del primer volumen. Casi me merezco una medalla.
Voy a reposar el resto del día, porque mañana temprano salgo hacia Poor Span, a fin de investigar la explosión demográfica de los Partipolistas, cuya reserva hasta hoy, no había sido visitada ni tan siquiera con miras científicas, salvo la breve expedición que pude hacer en 220 DR y cuyas primeras impresiones publiqué con el título “El muro impenetrable de Poor Span”.
Me ha costado mucho tiempo e influencias conseguir de Abdextria el permiso para cruzar la frontera que les separa desde tiempo inmemorial de su país vecino, pero al fin tengo licencia para pasar la verja por una duración no mayor de tres días. Tendré que agilizar mi estudio.

30 Vendimiano
En Poor Span existen tres colonias importantes y muchas sub-colonias. De momento, dejando al margen estas sub-colonias y las de Seneccia y Monclovia, voy a estudiar la colonia de Congresia, centro de nidificación de las especies: Politicus gobernantis y Politicus oppositus, además de un variadísimo grupo de Politicus propactum.
Las colonias forman un triángulo y en su centro se encuentra la capital llamada Centrum en la que se refugiaron y ahora sobreviven penosamente los supervivientes no mutados
El viaje al corazón de Poor Span ha sido tremendamente caro, aunque rápido, con un fuerte viento a favor. El pasaje de AVE hasta Clavia  y, aunque no consume energía, me ha costado el triple que cualquier otro medio de locomoción, pero la velocidad y la comodidad hay que pagarlas si se tienen prisas. Luego, para llegar a Congresia, el cuadriciclo pirata se ha negado a acercarse a menos de un Itíner de las zonas habitadas y también me ha salido por un ojo de la cara. De todas formas quedé con él para que me viniera a recoger al mismo lugar el día del regreso. Encima de lo caro he tenido que hacer a pie un buen trecho hasta mi destino y, además, cargado con tienda, aparatos, saco, alimentos y otras cosas imprescindibles, pero ya estoy al pie del árbol de la colonia principal.
Como ya he comentado hay también un buen número de colonias secundarias alrededor de ésta y que, aunque con algunas peculiaridades fonéticas y de folclor, presentan los mismos mecanismos de relación y similares interacciones. Por eso, de momento, no me voy a dedicar a ellas y centro mi investigación en esta colonia principal.
Procuro situarme, así como mi equipo, lejos del perímetro que abarcan las ramas, por aquello de las deyecciones. Instalo cámaras, micrófonos unidireccionales y, provisto de unos objetivos de proximidad, me dispongo a observar la actividad de la colonia.
Hay que resaltar que, aún siendo también aves parleras, a diferencia de los comunicontes no les suele crecer el pico; si así fuera se habrían extinguido todas y cada una de estas especies al caer desde las ramas por el peso acumulado en sus picos, que multiplicarían por mucho el tamaño del que tenían unas aves extintas llamadas tucanes.
En excavaciones al pie de las colonias, la arqueóloga poorspania Andrea Sánchez ha logrado encontrar fósiles con picos de tamaños descomunales. La señora Sánchez ha desarrollado en su última publicación titulada “Más picos que patas” la teoría de que originariamente les crecía esa protuberancia córnea; pero, a lo largo de la evolución, la selección natural había potenciado las variantes capaces de hablar a humo de pajas, parlotear enredando, incumplir lo dicho, sin consecuencias de ningún tipo, ni tan siquiera un mínimo enrojecimiento de las plumas faciales
En las ramas superiores reside la especie P. gobernantis, arrellanados en amplios y cómodos nidos a los que parecen estar pegados.
En ramas intermedias se sitúan los P. oppositus que hacen constantes intentos por elevarse hasta las ramas superiores a fin de desalojar a sus ocupantes y ocupar su lugar.
En las ramas más bajas se hacina una variedad multicolor de P. propactum, que se conforman con arrimarse al radiador que más caldea, pero que se ofrecen a prestar interesadamente sus servicios a los P. gobernantis a cambio de los alimentos que estos dejan caer de sus nidos.
Los P. gobernantis pueden ser de color añil o carmesí, y suelen alimentarse de prebendillas (Privilegium prebendae), chollejos  (Bicocae porlosmorros) y, en ocasiones, de las corruptelinas (Bursanigra dineraria) y los bajomanos (Involucro claudator), que cazan al vuelo. De esas presas comparten lo que les sobra con los P. propactum, a cambio de que tiren de la cola a los P. oppositus y les picoteen los espolones con el objeto de impedirles tomar al asalto las ramas superiores. Estos habitantes de las alturas defecan normalmente, sin preocuparles a donde van a caer sus deposiciones y sus egagrópilas. Éstas, ocasionalmente, pueden manchar a otro P. gobernantis, produciéndose entonces una remodelación en la ocupación de nidos; pero lo normal es que vengan a caer en primer lugar sobre los P. oppositus, en menor medida sobre los P. propactum y finalmente al suelo.
Como ya he dicho, los P. oppositus intentan tomar al asalto las ramas superiores y desalojar a sus ocupantes. Esto suele suceder con más intensidad cada cuatro años, cuando se presenta la época de anidamiento, aunque fuera de esa época también intentan conseguir su objetivo y picotear la cola a sus oponentes.
Igual que los P. gobernantis pueden ser de color añil o carmesí, y suelen alimentarse también como los P. gobernantis, pero con menores oportunidades de hacerlo, de los P. prebendae, B. porlosmorros, B. dineraria Y los I. claudator; que, escapando al control de las ramas superiores, vienen a caer en las ramas intermedias.
Tanto unos como otros suelen presentar una especie de metamorfosis si se produce un relevo en la ocupación de ramas, por la cual se intercambian sus características de género, y por tanto de nombre de especie, pero manteniendo inalterable su color, salvo ciertas alteraciones cromáticas provocadas por una desviación genética del ADN en que se reemplaza en un nucleótido un monosacárido, y la disciplinosa acaba siendo sustituida por la transfugosa.
Éstos defecan hacia arriba, intentando siempre alcanzar a sus oponentes con sus deyecciones; aunque la ley Newtoniana impide su propósito, por lo que estas vienen a caer a sus compañeros de las ramas inferiores, a los P. propactum y, con más frecuencia, al suelo.
Ya he dicho que los P. propactum, sabedores de que nunca podrán alcanzar las ramas más altas, negocian su colaboración con los P. gobernantis, sean del color que sean, a cambio de las provisiones que estos dejan caer de sus nidos. Pero a veces las contraprestaciones superan con mucho al valor de sus servicios y se suelen llevar las partes más sustanciosas de las presas. Ellos saben perfectamente que los P. gobernantis, lo que valoran por encima de todo es la seguridad de permanecer a toda costa en sus nidos y que así cederán a todas sus exigencias, por disparatadas que estas sean.
En este grupo tan heterogéneo se producen a menudo enfrentamientos entre diversos colores opuestos, pero nunca llega la sangre al río. También intentan defecar hacia arriba teniendo por objetivo a los P. oppositus y, lo mismo que a ellos, tampoco les resulta fácil; yendo a parar a otros congéneres de ramas inferiores y, en mayor número, al suelo.
Esto es bastante conocido y de dominio público ya que está, incluso en la Pikipedia; pero lo que se conoce muy poco es la población que se cobija bajo el árbol; expuesta, como es natural, a todas las cagadas de los de arriba. Además de ser los que cuidan y riegan el árbol, son los que se afanan en recoger los excrementos en un intento de sacar algo positivo de estos desechos, aran la tierra y soterran todo ese guano, con lo que hacen crecer cereales y otras variedades vegetales muy necesarios para su subsistencia.
Estos trabajadores infatigables son llamados pencarios (currantis laborae). Están poco estudiados y tendré que hacer una nueva expedición a no tardar mucho.
Hechas las oportunas observaciones, recuento de los diversos ejemplares, mediciones y marcación de un buen número de ellos (detalles en anexos aparte), el tiempo del permiso se me echa encima y debo regresar, por lo que dejo para una próxima expedición el objetivo de investigar sobre:
Identificación y clasificación de los Especulantistas y repercusiones de la explosión demográfica de las subespecies de los C. Laborae tales como los Sintra (stante manumsupermanum) y Sinsi (sinpecunia similmures spp).
Antes de partir decido dedicar algo de tiempo a visitar la capital que se encuentra en el centro del triángulo de reservas y aprovecho para conocer esta nueva ciudad y hacer algunas compras, espero que en la frontera de Abzurdia no se incauten de nada.


9 Caliginoso
Ya de vuelta en casa me esperan días de trabajo para el análisis y sistematización de los datos recopilados en esta última expedición; pero, como estoy agotado del viaje, dejaré para mañana los trabajos de laboratorio y cálculo y me voy a preparar una buena cena con ingredientes que he traído de Poor Span. Suerte que he comprado también un libro de cocina, el último best seller del arte coquinario en el país. Se trata del éxito de ventas en Sandulia, el libro de Adrién Bully titulado “Cocina deconstructiva”, que presenta una nueva concepción del arte de la restauración. Me he pasado una hora intentando entender lo que es deconstrucción, he consultado diversos diccionarios online y offline para, finalmente hacerme un bocata de tekel en celo bien cargado de mostaza. Mañana tengo que ir de compras a ver si encuentro alginato, porque sifón ya tengo uno para los martinis y de nitrógeno líquido creo que tengo una botella de cincuenta kilos en el laboratorio.

10 Caliginoso
Hay que ponerse al día. Antes de encerrarme en el laboratorio tengo que comprar la prensa, algunos comestibles e intentar encontrar eso que llaman alginato. Así que me voy al Comercado y me compro una docena de huevos de gallinonte, unos filetes de pechuga para Garfio (que últimamente me mira con una expresión sospechosa), unas patatas liofilizadas y unos cuartos traseros de liebre de las nieves. No compro verduras ni frutas porque mi huerto ya se ha recuperado del asalto de la tragantija, pero lo que no he encontrado es el alginato, tendré que buscarlo por eCape o en Booble a ver si lo encuentro.
Llego a casa y me acomodo en mi sillón favorito para echar una ojeada al “Vocero matinal de Sandulia”. En la sección de anuncios encuentro unos que me resultan sorprendentes y otros que me suenan de algo:

- Anda yaaaa… razón STEP512121
- ¿Y esa joroba?, razón JRB43215
- Me alquilo por quilos, por quilates o por Pilates ALQ06472
-¿Harto de anuncios?, ¡pues no sé por qué los sigues mirando ceporro!, razón WTF09876
- Hace ya siete meses que me fui a por tabaco, María no me esperes. MARL8020


Las noticias siguen con los mismos temas pero parece que son más optimistas:

- El aprovisionamiento de proglómeros ha quedado restablecido.
“Los almacenes de proglómeros están en este momento hasta los topes, tras el fin de la huelga de los controladores navales. Las últimas naves procedentes de Bgardia ya han sido descargadas. Ahora el problema es que buena parte de la mercancía ya ha superado la fecha de caducidad y habrá que reciclarla. El precio de los polímeros, por lo tanto, ha caído en picado ante la inminente superabundancia

- Hostilidades entre Abzurdos y Abdextros.
Fin de las hostilidades. En una conferencia de paz presidida por el Consejo de Turbulantes, se acuerda que cada cual use la mano que quiera; pero deben circular, para evitar que se produzcan nuevos enfrentamientos, unos por el lado derecho y los otros por el izquierdo de la calzada. Todavía están recogiendo en la frontera los trocitos de los vehículos y el montón supera los diez metros SNC (sobre el nivel de la calzada).
- Nueva teoría cosmológica.
Alcanzado un acuerdo entre creacistas y explosistas. Han adoptado la teoría común de la “creación explosiva” y todos tan contentos.
Ahora sólo falta hacer los debidos ajustes en dogmas, hipótesis, teorías, teoremas, principios, versículos, suras, supuestos, creencias, conjeturas, conclusiones… etc.

Me preparo un tubo burbujeante de esencias etílicas en las piedras (vulgo tubata) y me voy al laboratorio. Me esperan unos días aburridos de recopilación, cálculos y redacción; pero creo que el libro sobre los partipolistas, que espero titular “La madre que os incubó” si no lo impide la censura, no va a tener desperdicio.

9 Helador

Por fin acabé con la redacción del libro y mañana sin falta lo enviaré a la editorial. Ahora me voy a tomar unos días de asueto y aprovecharé para intentar acabar con esa obra en catorce volúmenes de Francolio Firtrán, “La ladilla rubia de Nínive y su importancia estratégica en el Imperio Mesopotálámico, como arma biológica sobre soldados enemigos con largos meses de campaña y necesitados de acoplamiento con moza placentera”. Con la lectura se me espesan las neuronas y me tengo que echar al coleto unos cuantos tubatas.

10 Helador
He despertado en el suelo del salón con una resaca de esas de campeonato, pero ya he acabado con “La ladilla rubia…”. No, que no vaya a pensar nadie que me la he leído toda en una noche de locura y borrachera. No he logrado leer ni siquiera el primer capítulo, pero ya he acabado con ella. Si alguien está interesado la encontrará en el contenedor de papel más próximo.
Lo cierto es que si dispusiera de una engañaolfatos o de una tragantija las enviaría a casa de Francolio Firtrán en lugar de a Criticio Faltón. Precisamente en el “Vocero matinal de Sandulia” de ayer había una noticia sobre Criticio:

-Condecorado
Se ha otorgado al estudioso Criticio Faltón la medalla de socio honorario de PSE (Protectores de Seres y Especies), por la entrega al ZOO de Sandulia de un ejemplar de tragantija (Tragantea tragantrix) en perfecto estado y bien alimentada. Según los expertos del PSE que la han reconocido tiene la cola de calibre 9 sobre 10 y es uno de los mejores ejemplares de esa especie que se conservan en el citado ZOO. Además de la condecoración, ha recibido una generosa indemnización por los daños sufridos en su despensa. El Sr. Criticio resultó indemne al capturar el mencionado espécimen; ya que se encontraba en periodo de asimilación de: seis panes, un jamón de nuez, dos liebres de las nieves confitadas, dos quilos de filetes Mobby, un pack de latas (con lata y todo) de Ventrescaceti de SideL en aceite y una docena de huevos de gallinonte.
¡Dita sea!

 


(Si queréis ampliar conocimientos o aclarar dudas podéis consultar los anexos publicados anteriormente)






miércoles, 15 de noviembre de 2017

Las Notas del Dr. Hexápodus desde 4 Vendimiano

A veces el propio hogar puede resultar 
más peligroso que una selva o un desierto.
Sin necesidad de correr aventuras tiene un 
desagradable encuentro en su propia casa.
 



LAS NOTAS DEL Dr. HEXÁPODUS



 
EL CUADERNO
  (Desde 4 Vendimiano)



4 Vendimiano
Hoy, sin salir de casa, he descubierto una rara especie; la tragantija (Tragantea tragantrix) de la familia transgénica de los zampoides.
Tiene una especial habilidad, aparte de su gran voracidad, y es que puede mimetizarse en cualquier entorno en el que se inserte; así que he podido descubrirla, sólo porque mi tejado tiene las tejas muy uniformes y ninguna de ellas presenta un abultamiento tan pronunciado. Observándola con detenimiento se puede apreciar cómo devora todo lo que se pone a su alcance con una técnica tal, que parece cosa de magia; ora ves un xilópodo vulgar (Patapalus décuple spp), ora no lo ves, ora ves un redondillo gris (Sphaericus cinereo) rodando sobre la falsa teja, como dejas de verlo instantáneamente.
La tragantija, en periodos de penuria, devora su propia cola en espera de tiempos mejores. Cuando el alimento abunda, la cola se regenera convirtiéndose en un reservorio excepcional.
Intenté cazarla para exhibirla en mi terrario, pero reflexioné a tiempo y desistí de ello; porque, además de ser una especie protegida, habría acabado con el resto de los especímenes que allí conservo, entre ellos una bella muestra del presuntillo real (espero que de esto no se enteren los del PSE, porque es una especie protegida y está prohibida su posesión a particulares).
Al bajar de la escalera en que estaba encaramado observando a la tragantija, se me rompió un peldaño y vine a dar con mi osamenta en el suelo. Afortunadamente no me he roto ningún hueso, pero estoy todo magullado y habré de guardar reposo una semana. Mientras me recupero, aprovecharé para leer el libro “La bolsa y la vida” de Marcolina Farnato (autora del best seller “Mis viajes por Almironia”), en donde relata sus descubrimientos sobre la fauna marsupial arborícola y volcánica de Impel.
“... las especies en Impel son tan variadas como variadas eran las especies evolutivas del Continente Terra antes del Imperio y abarcan: desde los depredadores como el león de bolsa, hasta el último de los herbívoros como la ratichuela gris, pero todos tienen en común el hecho de ser mamíferos marsupiales. Se han extinguido otras muchas especies, posiblemente por haber sido cazadas por los muy abundantes gatos marsupiales. Este equilibrio ecológico especial de Impel es fruto de la insularidad....”
Como medida de precaución he guardado todos los comestibles bajo llave en mi despensa y me he asegurado de haber cerrado bien ventanas y puertas.

11 Vendimiano
Por fin puedo dar un corto paseo por los alrededores de mi casa, sin que me molestaran demasiado las magulladuras, y me acerqué a hacer unas compras.
Compré en el Comercado unos cuantos comestibles para reponer lo gastado en estos días sin salir. Luego me acerqué a la librería en donde, para ponerme al día de la actualidad, compré el “Vocero matinal de Sandulia” y me lo llevé a la salita para hojearlo mientras me tomaba un té amargo de pamplinas de río. Curiosamente, más que en las noticias de la actualidad, me he detenido en los anuncios por palabras. Hay algunos que no hay por donde cogerlos:

- Se ofrecen verdinabos a cinco la onza, razón PVP45342
- Cámbiase muñón por joroba dextrógira, imprescindible que sea ligera y rubia, razón JRB43215
- Cuadriciclo geodésico en buen uso véndese, pocos vértices, como nuevo, razón GEO45734
- ¿Quiere crecer un palmo?, díganos si a lo alto o lo ancho, barato, razón WTF09876

 
Estuve a punto de comprar el cuadriciclo pero; ¿qué hago con mi desplegadora de ángulos que hace poco compré?, ya me las arreglo bien con ella para la proyección de coordenadas angulares sobre planisferio, de modo que lo dejé estar.
 Entre las noticias me llamó la atención el siguiente titular en letras grandes:

“El Turbulante de la Centralidad de Sandulia nos comunica lo siguiente:
“Los almacenes de proglómeros están en este momento vacíos por la huelga de los controladores navales”

Y más abajo continuaba
“Las naves procedentes de Bgardia, que transportaban el cargamento semanal, no han podido llegar a puerto y están dando vueltas frente a la Punta del Farolo. Quien tenga una imperiosa necesidad, será atendido en el almacén de emergencia más próximo”, lo que me hizo recordar la grabación de uno de los televisoides.
Pues si, el televisoide estaba bien informado; afortunadamente yo tengo una buena reserva de proglómeros, así como de polímeros por lo que materia prima no me falta pero, por desgracia, mi sintecook no funciona y el técnico me ha dado un mes de espera para venir a repararla. Suerte que mi despensa está bien provista y en mi jardín las verduras y frutas están en plena producción. 


En portada destaca:

Internacional
“ruptura de hostilidades entre Abzurdos y Abdextros con el lanzamiento de levaduras dextrógiras por parte de Abdextria, en un intento de hacer fermentar las masas enfervorizadas de los rivales que se manifestaban ante su embajada. Se temen consecuencias desastrosas si las masas de Abzurdia no se acaban bajando. Se ha convocado la Conferencia General de Turbulantes con carácter extraordinario en un intento de mediar entre las partes.

Hablando de los Turbulantes, recuerdo que pronto será tiempo de una turba para refrendar al que ejerce el cargo en la actualidad, y no creo que los problemas de suministro le vayan a beneficiar en el momento de la aclamación. Hago un repaso mental a la situación territorial actual y de sus cambios desde el Imperio.
Esta noche me acuesto sin cenar. La tragantija, mimetizada en tableta de chocolate, se ha deslizado en una de las bolsas de la compra, se ha colado en mi despensa y la ha dejado bailando. No puedo tomar medidas extremas porque es una especie protegida en vías de extinción, pero algo tendré que hacer.

12 Vendimiano
Será una especie en vías de extinción, pero lo que está a punto de extinguirse es mi paciencia. Hoy vuelvo a acostarme sin haber probado bocado en todo el día. Las verduras y los frutales del huerto han desaparecido de la noche a la mañana y, con la despensa saqueada y la sintecook averiada, he tenido que hacer régimen severo de pastillas de vitaminas y otros medicamentos del botiquín.
He tenido la precaución de encerrar a Garfio en lugar seguro por si a la tragantija se le apetece comer gato marsupial al acabarse las provisiones. Está visto, esto no se puede prolongar más o acabará devorándome a mí también. Es preciso tomar serias medidas, pero dentro de la ley.
Me he pasado el día navegando redes y consultando Booble, es decir la BUV (Biblioteca Universal Virtual), hasta que he visto en una burbuja una oferta de eCape, esos Grandes Almacenes Centrales en el Cabo de Bgardia, donde se encuentra de todo y se sirve rápidamente por mensajería, que me ofrecía una posible solución. Ya he hecho el pedido por mensajería “4dh” aunque el envío me ha salido más caro que el pedido; en cuanto llegue la intento poner en práctica, siempre que no se me cene antes.

14 Vendimiano
9h 30’ Acabo de recibir una caja. La tragantija parece haberse mimetizado en martillo; porque el mango que imagino es la cola y, como ya he comentado, acumula las reservas alimenticias, es de tamaño descomunal. Nunca había visto un martillo más desproporcionado y espero que no pretenda usarse sobre mi cabeza.
10h 00’ Abierta la caja, contiene una maceta con una planta ya crecida de la engañaolfatos tomo todas las precauciones establecidas en su desembalaje porque no quiero acabar devorado.
10h 15’ La engañaolfatos comienza exhalando un aroma de civet de liebre de las nieves a la espuma de calvados y crujiente de manzana de Adania, tan delicioso que hasta yo lo olfateo con fruición y he estado a punto de acercarme al reclamo; suerte que he tenido la precaución, según las instrucciones de uso, de atarme de pies y manos en previsión de que fallaran los filtros nasales de carbón activado que llevo puestos y que, naturalmente, han fallado.
10h 20’ El martillo se mueve penosamente, arrastrando el enorme mango por los suelos, aparentemente el aroma le atrae pero le cuesta acercarse a la maceta.
10h 25’ La planta cambia de táctica y trueca el olor a Civet de liebre de las nieves a la espuma de calvados y crujiente de manzana de Adania por un aroma de jamón de nuez pata coja, curado en cuidados intensivos, acompañado con un fino vinofinofilipino, ese aromático clarete de 15º que se cría en Kala.
La tragantija abandona su camuflaje de martillo y se mimetiza en cuchillo jamonero de larga hoja, que supongo es la hipertrofiada cola. Se va acercando a la maceta, y la engañaolfatos intensifica el aroma hasta niveles que casi me hacen arrancar la columna a la que me había atado, para lanzarme hacia ella, las ataduras se me clavan en las muñecas y los tobillos, pero afortunadamente no ceden.
10h 30’ La engañaolfatos, carente ella misma de olfato, no detecta que lo que se acerca es la tragantija, sino que ve un afilado cuchillo, y no se decide a lanzar sus flores por miedo a cortarse los tallos.
10h 35’ El cuchillo jamonero ya está junto a la maceta y lanza una dentellada con el extremo del mango a la flor más próxima, creyendo que era una fina loncha cortada a mano. La planta acusa el mordisco y reacciona atacando instintivamente al mango sin atreverse aún, por miedo a cortarse, a acercarse al filo; lo rodea con sus flores y comienza una lucha épica entre ambos. La cola, aparentemente peligrosa, es realmente inofensiva y, aunque la engañaolfatos la ha dejado libre por miedo y se debate furiosa y desesperadamente, no produce daño alguno pese al filo virtual.
Mientras tanto las flores ya han dado con partes mollares de la tragantija y comienzan a absorber sus jugos. Esto hace que comience a desvirtualizarse el camuflaje y aparezca tal y como es en realidad y sin mimetismos. En mi vida de entomólogo y zoólogo nunca había visto un bicho tan raro, salvo en ilustraciones en la Biblioteca de la Universidad. Cuando tenga un rato y me recupere del trance, me libre de las ataduras y me deshaga de la maceta, que ha demostrado puede ser muy peligrosa también para mi integridad física, acabaré tomando nota de su aspecto.
10h 40’ Finalmente ha dado buena cuenta de su víctima. En el suelo reposan los huesos cartilaginosos y un pellejo arrugado y reseco.
Cuando la engañaolfatos está ahíta deja de emitir olores, repliega sus tallos y flores y reposa durante varios días, ya que acumula el alimento en los tubérculos subterráneos y se nutre de esas reservas durante un tiempo hasta que vuelve a necesitar cazar de nuevo.
10h 45’ Aprovecho este momento de calma para desatarme, respirar aliviado, barrer los restos de la tragantija y hacerlos desaparecer en la incineradora, por si se enteran y me denuncian los Protectoides, esos molestos activistas del PSE, Protectores de Seres y Especies, que vigilan muy estrictamente todo lo referente a la fauna y la flora protegida. Las sanciones suelen ser importantes, llegando incluso a penas de privación de proglómeros y polímeros, con lo que la alimentación se vuelve más bien monótona.
Suelto a Garfio y no puedo rellenarle el dosificador porque el pienso también ha desaparecido, así que tendré que ir a comprar.
11h 30’ Me voy al Comercado, tengo que reponer las existencias de la despensa. Estoy hambriento y aprovecho para manducarme en la Refrigería un par de huevos de gallinonte fritos con molduras crujientes de puré, y aquel refrigerio me sentó de perlas.
12h 25’ Me acerco a la Vegetería para comprar verduras, frutas, plantones de frutales, semillas, fertilizantes y aperos, todo lo necesario a fin de reponer la despensa así como las verduras y frutales del huerto.
14h 10’ Tras ponerle pienso en el dosificador a Garfio, una vez colocado todo en la despensa y plantadas las verduras y árboles, me preparo un banquete. Estos días pasados han sido muy duros a base de pastillas. Como en las horas pasadas he estado sometido a un intenso trauma gastronómico-olfativo, me he preparado de aperitivo un buen plato de jamón de nuez, pata coja, curado en cuidados intensivos, acompañado con un fino vinofinofilipino, y después un civet de liebre de las nieves a la espuma de calvados y crujiente de manzana de Adania, ¡mmmmmm!
22h 00’ Me he pasado la tarde durmiendo la digestión y durmiendo la mona, tres botellas de fino vinofinofilipino han caído. Ahora ya es tarde para hacer otra cosa, me voy a la cama.

15 Vendimiano

Hoy me he levantado de buen humor, me he contado dos chistes de entomólogos que no me sabía, he desayunado copiosamente (aún se notan los efectos del régimen de pastillas) y me he puesto manos a la obra.
En el mismo embalaje, pero borrando mi dirección, he vuelto a meter la maceta de la engañaolfatos, le he puesto una etiqueta y la he depositado en el transportista. ¿Qué a dónde la he enviado?, bueno, lo voy a decir pero es un secreto. Se la he enviado a Criticio Faltón, que tan mal habló de mi primer libro, “El escaralfrente sagrado de Anubicia” y, además, por ser más feo que pegar a un padre clonal con un leotardo. Dicho esto cualquiera podría pensar que este ente no me cae bien; pues es cierto, no me cae. Bueno, para qué me voy a engañar; si le tengo manía es porque él me puso, en Primero de Entomología Comparada, el apodo de Hexápodus, envidioso por mis buenas calificaciones en Insectología Polinizante Genómica. No debería odiarlo tanto porque, no sólo no me molesta dicho mote, sino que me gusta y lo he adoptado como nombre de batalla, pero ¡qué le vamos a hacer!, la naturaleza humana es casi tan insondable como la artropodiana.
Normalizada ya mi rutina habitual, comienzo a planificar mis próximas expediciones; tengo pendiente, en primer lugar, la investigación sobre la explosión demográfica de los Partipolistas (Plebícola prebendae succionantis), pero eso se va a quedar para fin de mes ya que ahora tengo que recopilar y pasar a limpio mis últimos trabajos y en particular el de los televisoides, así que voy a permanecer unos días encerrado en mi laboratorio.

23 Vendimiano
Otro día sin poder salir de viaje. La tragantija devoró mi cartera porque era de piel de Zancodio; pero con toda la documentación dentro, entre ella el pasaporte. Así que ya me veo hoy gestionando nuevos documentos.
He pasado toda la mañana de ventanilla en ventanilla; cuando no me faltaba un impreso, me sobraba una firma, o la foto se me parecía demasiado (cosa inadmisible en un pasaporte que se precie). Con tantas esperas de ventanilla en ventanilla y, aburrido de resolver tests mentales y de acertar todas las respuestas, pienso en mi cartera y en el zancodio, en la última vez que estuve en una granja de cría y de lo que aprendí en ella.
Precisamente la decena pasada compré un libro en el que se acusa a las granjas de maltrato a los animales por hacinamiento y explotación. Se crían dentro de estrechas jaulas que casi no les permiten moverse, se les somete a una alimentación forzada y se obliga a los gallinontes a poner varias veces al día a base de frecuentes ciclos de luz y oscuridad a lo largo del día y de la noche. En algunas granjas se ha llegado a un rendimiento de seis huevos por ejemplar y día. Los autores del libro tienen razón en lo del maltrato.
Cuando al fin conseguí intercambiar mis fotos por las de otro ciudadano con mi mismo problema, las funcionarias estaban en la calle haciendo su tercer bocadillo, ya que en locales cerrados de organismos públicos la ley prohíbe comer o beber. Finalmente, tras dar el último bocado, apurándolo con ansia viva hasta el papel del envoltorio, regresaron a sus ventanillas y pude entregar los impresos y las fotos que, esta vez, pasaron sin problemas.
Hoy, cansado de ventanillas y de colas, no me apetece más que descansar; así que me he puesto a leer la última obra en catorce volúmenes de Francolio Firtrán, “La ladilla rubia de Nínive y su importancia estratégica en el Imperio Mesopotalámico, como arma biológica sobre soldados enemigos con largos meses de campaña y necesitados de acoplamiento con moza placentera”.

24 Vendimiano

Me dormí al tercer párrafo, lo raro es no haberme dormido en el título.
Mientras desayuno, leo el Vocero Matinal que había comprado ayer y lo había dejado sin leer:
Garfio, mi gato marsupial, no hace más que frotarse en mi pierna como queriéndome decir algo. No sé qué debe querer, porque le acabo de cambiar la arena, esta mañana le llené el dosificador de pienso y dispone de agua suficiente. Me mira y se encamina a su rincón, vuelve, se frota, me vuelve a mirar y vuelve a ir hacia su rincón, girando la cabeza para ver si le sigo. Dejo el periódico, me levando y voy tras él. El comedero está totalmente vacío, así como el depósito del dosificador que daría para una semana ¡qué extraño!, se le habrá abierto el apetito de pronto. Relleno el depósito y vuelvo al periódico.
Repaso la sección de anuncios entre los que me llaman la atención:

- Agachadito me voy, agachadito me vuelvo, ¡éxito!, hay entradas, razón SGA35333
- Sigo esperando joroba, razón JRB43215
- ¡Eras tú, que yo te he visto! COC05734
-¿Harto de anuncios?, ¡no me mires ceporro!, razón WTF09876
- Se alquilan tablas de logaritmos, tablas periódicas, de gimnasia, de surf y de Daimiel. No pienso entablar discusiones sobre el precio, si no hay acuerdo quedar podemos en tablas. Solicitudes a TBL43562


Me sobresalta Garfio con un maullido desgarrado, está con los pelos erizados y el lomo arqueado, tanto que sus patas traseras y delanteras se juntan, parece una peonza. Me mira y se vuelve hacia su rincón; le sigo y veo, con sorpresa, que el comedero vuelve a estar vacío. ¡Qué raro!, tomo al gato en la mano y le palpo la panza, está vacía y casi le toco las costillas. Coloco una de mis cámaras de investigación enfocada al comedero y vuelvo a cargar el depósito. Regreso a mi sillón y a mi periódico:

- Hostilidades entre Abzurdos y Abdextros.
Gracias a la mediación de los países vecinos se ha conseguido parar, de momento, el aumento en la fermentación; aunque las masas siguen subidas y luciendo pancartas con lemas tales como: “estoy que me subo”, “como me baje…”, “Yo soy Abzurdo, tú eres Absurdo”, “siempre al horno que más calienta”.

Garfio vuelve a darme la voz de alarma, esta vez está que se sube por las paredes y me cuesta un rato calmarlo. El comedero vuelve a estar vacío, conecto la cámara a la pantalla del salón y paso la grabación. Al cabo de unos minutos aparece en el margen inferior izquierdo de la pantalla una hoja seca y, como arrastrada por el viento, se va acercando al comedero. Cuando llega a él, el nivel de pienso comienza a descender a ojos vistas mientras que el peciolo de la hoja aumenta de tamaño; una vez vacío, la hoja se aleja y desaparece por donde llegó.
 -¡Vaya!- me digo - parece que la tragantija se dejó aquí una cría.
Vuelvo a llenar el dosificador de pienso y coloco una jaula-trampa de paredes transparentes, tras programarla con alarma sonora. La sitúo estratégicamente en el camino probable del depredador y queda invisible; por lo que, desde el lugar en que la hoja seca apareció, sólo se ve el comedero. Está visto que no voy a poder leer el periódico tranquilo, me vuelvo a mi sillón y a la lectura:

Graves altercados entre creacistas y explosistas. Se arrojan a la cabeza, dogmas, hipótesis, teorías, teoremas, principios, versículos, suras, supuestos, creencias, conjeturas, conclusiones… etc. Afortunadamente nadie salió lesionado por tratarse de proyectiles inmateriales, salvo versículos y suras, que iban encuadernados en piel repujada con guarniciones y estampaciones en oro.

De pronto, ¡juiiiiiiiiiiiiiiii!, suena estridente la alarma. En la jaula transparente veo cómo se debate violentamente una hoja seca, como agitada por un vendaval. Viendo que no puede liberarse intenta desesperadamente transformar su aspecto en cualquier cosa que le permita salir de su prisión; entre otras muchas cosas se va cambiando en llave, ganzúa, soplete oxiacetilénico, bomba de mano, palanqueta…, pero todo es inútil. Finalmente hace algo que casi me hace picar y abrir la jaula para ver lo que había pasado; se vuelve totalmente transparente en un intento de hacerme creer que se ha escapado, pero no me engaña. Ya agotada se da por vencida y aparece con su aspecto normal, que me hace recordar el de su madre mientras se debatía entre las flores de la engañaolfatos.
Aprovecho para tomar un apunte del aspecto que ofrece; porque si alguien se la encuentra sin camuflaje, sea capaz de identificarla. Está claro que si se la encuentran camuflada, es muy difícil que se enteren. Ésta ha estado a régimen de pienso de gato y no ha atacado mi huerto o a nosotros mismos porque nunca ha faltado pienso en el comedero; pero, con esa alimentación, su cola no está lo bastante desarrollada. Afortunadamente mi despensa, después de la visita de su madre, está protegida con blindaje “nivel RB III”.
En la cabeza se aprecian agallas porque es capaz de camuflarse sin problemas, incluso en medios acuáticos. Los ojos son cuatro, dos a cada lado, orientados horizontal y verticalmente, de modo que abarcan un amplio campo de visión. En la mandíbula inferior presenta una hilera de ranuras de refrigeración ya que, cuando devora a alta velocidad, se podría recalentar la articulación y la musculatura.
Ahora no sé cómo deshacerme de ella sin tener problemas con la ley ni con los activistas del PSE, o sea los Protectoides como todos les llamamos. Mientras se me ocurre qué hacer, le vuelvo a poner pienso al gato y lo devora como un desesperado, ¿cuántos días llevaba el pobre sin comer? y sigo leyendo:


El desabastecimiento de proglómeros está provocando protestas y probablemente producirá profundos problemas, así como una penosa pero progresiva proliferación de promesas al proletariado y su prole por profesionales prominentes del proscrito partido “Protección y Prosperidad”. Se esperan revueltas populares; aunque históricamente ninguna revuelta ha sido nunca popular, mientras que el revuelto de huevos de Gallinonte sí que lo es.
 
 Ahora ya no me apetece leer y, como ya es hora, me preparo un refrigerio a ver si, comiendo, se me despiertan las neuronas y se me ocurre qué hacer.
Sigo en blanco, echaré una siestecita.
Se me ha hecho de noche sin enterarme, ya veremos si esta noche soy capaz de dormir, pero este sueño reparador me ha proporcionado la lucidez suficiente para saber qué hacer. Preparo una caja y, con toda clase de precauciones, paso la tragantija desde la jaula-trampa, la cierro lo mejor que puedo y la etiqueto. Mañana cuando me levante la llevaré al transportista, ahora me tomo un vaso de leche calentita a ver si me entra el sueño.
 


(Si queréis ampliar conocimientos o aclarar dudas podéis consultar los anexos publicados anteriormente)





miércoles, 8 de noviembre de 2017

Las Notas del Dr. Hexápodus (Introducción y comienzo del Cuaderno)

Hoy comenzamos a adentrarnos en  
las anotaciones del Dr. Hexápodus,
 a conocer sus exploraciones y su
estudio de los Comunicontes y 
de los Saltones rumorosos.
 


LAS NOTAS DEL Dr. HEXÁPODUS

1)  INTRODUCCIÓN AL TEXTO
2) CUADERNO (Desde 16 Fructuoso)


INTRODUCCIÓN
Faltan las tapas y algunas páginas del principio y final.
Se ha intentado restaurar las primeras y últimas, muy dañadas, utilizando las más modernas técnicas e, incluso, se ha tratado de extraer los restos de tinta por métodos espectroscópicos y escáneres de alta resolución sin resultados.
No se han podido salvar los dibujos y esquemas, de muy mala calidad aparte de que el Dr. no era muy buen dibujante y están muy afectados por el tiempo y la humedad; pero algunos, muy pocos que aquí no se incluyen, los hemos podido reproducir gracias a la colaboración de ilustradores que han sabido interpretar lo que el Dr. pretendía representar.
Los dibujos originales y esquemas no se aconsejaba incluirlos tal y como estaban y se han omitido, pero permanecen en nuestros archivos por si algún estudioso quiere consultarlos. También su caligrafía ha resultado complicada de descifrar, pero lo hemos conseguido al recurrir a un experto farmacéutico, acostumbrado a leer los textos más ilegibles Tras esas primeras páginas, borrosas e irrecuperables por filtraciones de humedad y la acción de los hongos, se puede leer lo que sigue:
 
EL CUADERNO
 
... (ilegible) ., y, aunque parezca increíble, así fue como sucedió.

16 Fructuoso
Para recopilar material .... (ilegible) próximo libro; que se va a titular, si no cambio ....(ilegible), “Las influencias nefastas sobre la sociedad que .... (ilegible) Comunicontes (ilegible) regresar de la Pradera Real
Al entrar por la puerta, Garfio, mi gato …..…(ilegible) … a recibir y casi me … (ilegible)… al suelo. Tengo que reponer el depósito del …… (ilegible) lleno de pienso, y luego de tomar un tentempié entro en materia y resumo en este cuader........(ilegible) breves notas sobre el abundante material……..(ilegible)… notas... otros cuad....
Este lugar……….. (ilegible) …El viaje ha sido complicado, primero en AVE hasta Porto, en donde se encuentran las granjas más importantes de ceticultura y de donde procede una buena parte de las proteínas necesarias para la supervivencia de la población gracias a las Neocetas.
El subsiguiente y aburrido viaje en lancha desde Porto hasta Eria me lleva por los vericuetos de la memoria y me hace pensar en las vicisitudes históricas que nos han llevado a la presente situación política y social, así como al advenimiento de la neofauna y la neoflora que se ha adueñado del Continente Terra, salvo el reducto aislado de Poor Span e Impel por su insularidad.
Me quedé dormido en la hamaca de cubierta y acabé soñando con el Imperio y su caída
Atracamos en Eria y, tras dos días en ciclobús, llegué a Cathodis donde alquilé un cuadriciclo sin conductor, así que me tocaron otros tres días de pedalear hasta el agotamiento y dormir en un saco al abrigo de unos árboles o de unas rocas, pero al fin alcancé mi destino en Pradera Real y, tras improvisar mi campamento, montar la tienda y desembalar el equipo, dispuse micrófonos y cámaras estratégicamente.
Mi objetivo, en esta primera toma de contacto, era estudiar las variedades existentes de comunicontes, si habían aparecido nuevas especies, la densidad de población actualizada, los comportamientos por tipos de especie y subespecie y efectuar grabaciones sonoras.
Aún podía verse lo que quedaba de los fastuosos edificios, muchos de ellos convertidos en pajares o corrales, y uno o dos de ellos en posadas para los escasos viajeros que a veces aparecen por allí.
Mientras durara el estudio me había propuesto alojarme en una fonda que se encontraba en la ciudad a dos decihoras de cuadriciclo desde la reserva, pero tuve la imprevisión de llegar en plenas Fiestas Canículas con la celebración del fin de las cosechas y no había ni una habitación libre, así que no tuve más remedio que pernoctar junto a la colonia en una tienda de campaña.
De todos modos sentía curiosidad por estas fiestas y perdí una jornada entera entre los tenderetes del mercadillo. Había productos del campo y de artesanía popular que difícilmente podría encontrar en Sandulia o, si los encontraba, mucho más caros. Perdí el control, como una señora en el Comercado, que en Sandulia capital es el almacén más importante de comestibles y proglómeros, es decir de todo lo relacionado con la alimentación, y cargué unas cuantas cosas que a buen seguro me harían arrepentirme en el viaje de regreso. Perdí unas cuantas decihoras contemplando los bailes tradicionales, los juegos de los malabaristas y acróbatas, y el trabajo de los artesanos, pero mi trabajo me llamaba insistentemente.
Para evitar demasiados desplazamientos me llevé las suficientes provisiones para toda mi estancia y me arreglaba también con unos bocadillos. Por ser las Fiestas Canículas, los precios de los comestibles habían experimentado un alza y superaban lo que habitualmente gastaba en Sandulia; la compra me costó unos diez céntimos de Solán, el equivalente a diez salarios día, pero pude disfrutar, aparte de frutas, conservas y fiambres, unos filetes de atún blanco muy fresco, cosa que me extrañó mucho dada la distancia al Mar Central, aún así ¡cómo echaba de menos mi huerto, mi cocina y mi despensa!, pero el estudio requería de toda la dedicación, los sacrificios y todo el tiempo disponible si quería recopilar grabaciones suficientes como material de base para el nuevo libro.
En el momento en que hice este estudio no había nadie más por los alrededores y, por las señas, hacía mucho tiempo que no aparecían visitantes por aquí. Esto se puso en evidencia porque, conforme me acercaba, la colonia que estaba totalmente en silencio comenzó a poblarse de unos parloteos que fueron in crescendo, montando al final una algarabía espantosa cuando me acerqué lo más que pude al vallado.
Poseen todos un pico (de algunos se decía incluso que lo tenían de oro, pero eso empíricamente aún no se ha podido comprobar y no sé si voy a poder demostrarlo yo, por el que emiten sonidos parecidos a las extintas aves tropicales, con la particularidad de que son bastante inteligibles. Presento a continuación algunas pinceladas de cada una de las subespecies (más detalles a redactar en el borrador del libro, para lo que tengo abundante material recopilado en el cuaderno de datos)
Tienen también, salvo los anteriormente mencionados, la peculiaridad de que el pico les puede crecer según los sonidos que emitan. Muchos de ellos se han tenido que retirar de la vida activa a causa del excesivo peso de este apéndice.
De las otras variedades de esta familia de aves,  llamados comunicontes, me ocuparé en una nueva expedición, pero ahora en estas notas resumiré unos breves detalles de lo recopilado sobre los televisoides, en los que vamos a centrar este estudio.
Como ejemplo de una de las muchas muestras que he grabado en esta expedición y que pasarán a la redacción final del libro, reproduzco a continuación una de ellas.
- Toma AS123, micro 6 ejemplar af012 en la cuadrícula.
El espécimen en cuestión se encuentra rodeado por un campo de 12 milishares según mi medidor EGM, y emite una serie de sonidos de los que puedo entresacar lo siguiente:
“El Turbulante de la Centralidad es responsable de lo que pueda pasar si no xcccccc (ininteligible) con el sindicato de controladores marítimos rsssssss (ininteligible) las existencias de proglómeros en los almacenes de Sandulia escasean. El Secretario General del partido de la oposición, nuestro querido amigo vnnnnnnn (ininteligible) toda la razón. El Turbulante ha hecho unas declaraciones que no podemos reproducir por falta de reporteros. A continuación pasamos conexión a Marciano Canalio en la sede de la oposición…”
Todo el material recogido requiere largas horas de escucha, análisis e interpretación, pero eso espero poder hacerlo más adelante, cómodamente en mi laboratorio, mientras me tomo unas cuantas cervezas de Kala que pienso comprarme en mi próximo viaje.
Ha sido un regreso agotador y, tras recoger todo el equipo, pedalear sin descanso hasta Cathodis, llegar al puerto de Eria y amarrar en Porto justo a tiempo para el último AVE del día, llego a casa hecho polvo y después de redactar estas cuatro notas me voy a la cama

20 Fructuoso
Hoy no escribo nada, no tengo ganas. Aún no me he recuperado de mi último viaje, y eso que he reposado estos últimos días sin hacer nada, aparte de ordenar mis notas y grabaciones en el laboratorio. Además estoy haciendo preparativos de mi viaje de mañana. Ya lo haré a mi regreso de las Planicies de Kala. Ahora, eso sí, me he puesto redondo de comer los platos más apetitosos de mi despensa después de tantos días a base de bocadillos, y lo peor es que me espera otro tanto de lo mismo en mi próxima expedición. Lo malo es que ahora voy a tener que tomar alguna infusión digestiva porque me encuentro algo incomodado

3 Vendimiano
Anoche llegué en el último AVE desde Kala, tras hacer trasbordo en Porto y hoy no pienso salir de casa. Han sido agotadoras las pasadas jornadas entre el viaje y el trabajo de ir saltando de aquí para allá, localizando y marcando una colonia de saltones rumorosos
 Ahora estoy agotado. Mi viaje a las Planicies de Kala, que es donde se localiza la mayor colonia conocida de saltones, la búsqueda de ejemplares, la identificación de género – tarea nada fácil – y la marca con señales fluorescentes codificadas en los élitros, cansa a cualquiera. No obstante, siempre es una satisfacción verlos en su medio natural y estudiar su comportamiento.
Más sorprendente es la eclosión desde la forma de larva, larva que anida dentro de semillas de avenuez. Cuando las semillas están ya secas caen al pie del arbusto y se inicia una danza alocada. Las larvas, intentando romper la cáscara para eclosionar, provocan que estas semillas vayan dando saltos por todas partes, produciendo un sonido característico como de sonajero, hasta que rompen la cáscara y salen al exterior en forma de omocestus adulto, por esa causa reciben el nombre vulgar de saltones rumorosos.
Lo más gratificante es que pude presenciar algo raramente visto; el apareamiento, un acto que suelen hacer con gran solemnidad. En esta ocasión se trataba de un mf y un mmf. Al aproximarse el uno al otro, emitía cada cual la tonalidad propia de su género. Todos los ejemplares que saltaban por los alrededores formaron un corro alrededor de ellos emitiendo su propia tonalidad que, gracias a la gran variedad de subgéneros, resultaba raramente armónica y de una belleza indescriptible, por eso no la describo.
Finalmente tuve que regresar porque se me acabó el frasco de marcador añil 01001101 (también llamado azul 77 en lenguaje vulgar).
Como quiera que dejé la tarea inacabada, tendré que regresar algún día para completarla y, de paso, anillar a las serpentoides de collar que hallan allí refugio y alimento con los saltones.
Antes de subir al AVE en Kala compré una caja de sus famosas cervezas, de las que pienso dar buena cuenta a no tardar mucho.




(Si queréis ampliar conocimientos o aclarar dudas podéis consultar los anexos publicados anteriormente)