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jueves, 26 de enero de 2023

Arañas

¿De dónde viene la cosa?
(Y sin haberlo intentado
me ha salido un pareado)



ARAÑAS

Puede escucharse mientras 
se sigue el texto en el 
vídeo que figura al final


La araña Tricotosa estaba contenta. Los productos de la cadena JARA eran baratos y no muy duraderos, pero estaban al alcance de todos los bolsillos por muy poca mosca. Es por eso que pagaban bajos precios a sus proveedores y éstos solían abusar de sus tejedoras. No pasaba así con Tricotosa porque procuraba no explotar a sus empleadas y se quedaba sólo con una pequeña parte para cubrir gastos y esta pequeña parte de los ingresos le había permitido dedicarse en exclusiva a sus propias telas sin tener que preocuparse por sus necesidades mínimas. Pero no se dedicaba a tejer para la cadena Jara ni para ninguna otra, sus telas no eran para la industria de la moda sino para la captura de insectos. Ya contaba con amplias extensiones de matorrales cubiertas estratégicamente y conseguía abundantes capturas de moscas, mosquitos, polillas y otras muchas clases de insectos. Poco a poco se había ido haciendo con un capital, aunque no por el taller de tejido, sino en la industria alimentaria, por el comercio en el mercado de insectos. Es por esto que comenzó a despertar envidias entre sus vecinas que la consideraban una rica telateniente y, como no podían hacer nada contra ella, se dedicaban a difamarla entre sus trabajadoras, diciéndoles que si se estaba enriqueciendo era a costa de ellas. En un principio las trabajadoras no hacían caso, sabían que cobraban más que las de otros talleres, pero la maledicencia se va abriendo paso poco a poco y siempre se encuentra alguien que no tiene bastante y quiere más y más.
Una de las tejedoras se dejó influir tanto por las vecinas que acabó siendo ella la que hacía circular rumores y bulos entre sus compañeras mientras tejían, y el ambiente de trabajo se fue enrareciendo. A causa de ella, del mal clima laboral que estaba creando y de la desmotivación, la producción se resentía, tanto en calidad como en cantidad, de modo que los ingresos procedentes de JARA también disminuyeron y, lógicamente, sus propios ingresos. Aprovechando la ocasión, aquella araña tejedora azuzó el descontento y el resentimiento y, hasta aquellas que se resistían a admitirlo, acabaron culpando de todo a Tricotosa en lugar de a ellas mismas o a su compañera.
Pero debido a la bajada de la producción y la calidad, Tricotosa recibió una nota de la cadena JARA junto con la devolución del último envío porque no cumplía los mínimos exigidos y conminándola a corregir los defectos en la producción o se verían obligados a rescindir el contrato.
Tricotosa reunió a toda la plantilla y les mostró la carta y el resultado de su trabajo, poniendo de manifiesto la caída en la calidad de su labor cuando siempre habían sido sus productos los mejor valorados por JARA.
Se armó el revuelo. Las unas acusaban a las otras, las otras a las unas y todas a aquella que había creado tan mal ambiente en el taller y que era la causante de todo. Avergonzada, se despidió del trabajo y no se la volvió a ver por allí. Las aguas volvieron a su cauce, las arañas a su tela, y la producción a la calidad que siempre había tenido. Pero no tardó mucho en surgir un nuevo problema, no por las tejedoras sino por la cadena JARA. Habían encontrado en otro territorio a otras arañas dispuestas a trabajar aún más barato y comenzaron a bajar precios, pero no a la venta, sino a los talleres que les habían servido desde antes. Los ingresos de todos los talleres descendieron y lo acabaron pagando las tejedoras. En el taller de Tricotosa todo se iba en materias primas y pata de obra, por lo que ya no le reportaba ni una mosca de beneficios, ni tan siquiera el precio del alquiler del taller.
Tras esto y el pasado episodio de revuelta laboral, decidió cederles el taller a las tejedoras y que ellas se entendieran con los de JARA, con lo que se formó la Sociedad Colectiva Laboral ARACNIA S.C.L.
Tricotosa, ya libre de las obligaciones que le suponía el taller, se dedicó de lleno a gestionar sus negocios de telas, caza y venta de insectos al por mayor.
Tras ceder el taller a las tejedoras, se mudó a un cómodo agujero en la roca tejiendo su malla de seguridad en el acceso con su alarma anti-intrusión, y allí se quedó, tan ricamente, de patas cruzadas y libre de problemas laborales y de especulación comercial.
Moraleja: No tires piedras contra tu tejado y menos si está diluviando

miércoles, 18 de enero de 2023

Palabra de Dios

Parece mentira pero pudo 
muy bien pasar así.




PALABRA DE DIOS

Puede escucharse mientras 
se sigue el texto en el 
vídeo que figura al final

El Consejo de Redacción de la importantísima revista de Turismo "NatTour World" está reunido planificando un número extraodinario dedicado a las Maravillas de la Naturaleza. Tras una intensa Tormenta de Ideas se seleccionaron los objetivos a cubrir y los recursos gráficos a desplegar, pasándose a continuación a los contenidos de texto y entrevistas.
El más joven de los redactores expuso las siguientes consideraciones:

-" Siempre que hablamos de alguna instalación turística o espacio natural incluimos una entrevista con el responsable directo; director del hotel, administrador del establecimiento de ocio, autoridades de medio ambiente del estado o condado, etc... pero en este caso eso no parece lo más adecuado, tratándose de las Maravillas de la Naturaleza sería necesaria una entrevista con el responsable de las mismas; es decir Dios."

La propuesta provocó un revuelo en el Consejo y durante unos minutos cada cual expuso sus opiniones sin escuchar a los demás, desembocando en un guirigay que el Presidente cortó oportunamente y, dirigiéndose al ponente, dijo:

-" Aunque harto improbable, la idea es extraordinaria y supondría un éxito editorial sin precedentes desde el tiempo de los Evangelistas. Como la idea es tuya, considero que debes ser tú mismo el que la lleve a cabo, para lo que puedes contar con todos los recursos de la Revista."

El redactor tomó el avión y, dirigiéndose a Roma, consiguió audiencia con el Santo Padre, quien -enterado de su petición - le prometió que haría todo posible para conseguirle la entrevista con el Supremo Hacedor.
Horas más tarde recibió una llamada en el hotel procedente del Santo Padre en la que le comunicaba que había conseguido la entrevista y que, como Dios estaba en todas partes, no se moviera del hotel.
No se sabe cómo se apareció el Creador ni bajo que aspecto, lo que sí se sabe es el contenido de la entrevista ya que fue grabada íntegramente.
Tras varias horas de entrevista, en las que se repasaron las ideas que motivaron; desde las auroras boreales hasta las rías gallegas pasando por las altas cordilleras del Himalaya... el reportero le preguntó:

-"Señor, hay un sitio del que he oído hablar mucho y que no he podido visitar, pero por el nombre es evidente que debe ser obra Suya también. Se trata del Nacimiento del Mundo"

A lo que Dios le contestó:

-"¡Hombre claro!, ¡Los Chorros del Mundo!
Pues fíjate cómo serán que... 
ANTES DE QUE SE ME OCURRIERA CREAR 
A LOS MURCIANOS, YA IBAN POR ALLÍ"