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domingo, 22 de febrero de 2015

El Elefante y Alcohólicos Anónimos


Un cuento de calibre XL

Inspirado en un gran film sobre la Naturaleza y Fauna Africana titulado:
 "Los animales son gente maravillosa",  con una parte introductoria por
el inolvidable Félix Rodríguez de la Fuente


El Elefante y Alcohólicos Anónimos

Puede escucharse mientras 
se sigue el texto en el 
vídeo que figura al final

Aquel año la producción de marulas había sido excepcional y los animales del delta del Okabango se habían podido atiborrar de esas dulces bayas durante días.
Cuando comenzaron a caer ya maduras y comenzaron a fermentar, los efectos fueron fulminantes. Elefantes tambaleándose, avestruces patas arriba, facoqueros cayéndose por aquí y por allá, babuinos haciendo torpes payasadas,...
La abundancia de marulas fermentadas duró casi una semana y el delta del Okabango parecía una casa de locos, animales ebrios por todas partes con movimientos torpes e inseguros y cada mañana aparecían con una resaca de campeonato.
Los leones, que en aquel territorio son buenos nadadores, no se alimentaban más que de carne por eso eran de los pocos que se mantenían serenos, tuvieron que rescatar a todos aquellos que, borrachos como una cuba, acababan cayendo al agua.
De vez en cuando los leones se merendaban alguna gacela, babuino o facoquero pero, aparte de eso, realizaron una excelente labor de socorrismo mientras que disfrutaban de unas presas de una calidad gastronómica y un sabor especial al estar aderezadas con alcohol fermentado de las marulas que habían ingerido en cantidades masivas.
Cuando se acabaron las bayas y se pasó la euforia del momento, el Rey de la selva convocó a los más ebrios de todos los habitantes de su reino a someterse a unas reuniones terapéuticas de Alcohólicos Anónimos.
Todos los asistentes confesaron su adicción a las marulas fermentadas y las barbaridades que habían cometido bajo los efectos de las mismas.
Todos ya estaban serenos puesto que hacía dos días que habían dejado de consumir, así que fueron abandonando la reunión conforme confesaban y reconocían su vicio y sus culpas.
Finalmente sólo quedó un elefante pero, tras reconocer que se había atiborrado y que, ebrio como estaba, había caído sobre un babuino con todo su peso, el león no le permitió abandonar la sala y le obligó a permanecer bajo observación.
Todos se preguntaron por las razones del león para cometer tamaña injusticia, ya que el elefante hacía dos días que estaba sobrio y había confesado, como todos los demás, su adicción y sus culpas. Las críticas al rey y los murmullos se iban propalando por toda la selva...
Hasta que el león contestó
-  Sigue con la trompa


Incluyo aquí unas escenas de la película que inspiró este cuento.

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