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miércoles, 22 de marzo de 2023

Saturnino Calleja



H
e publicado aquí; además de mis cuentos y trascuentos originales, cuentos de transmisión oral que guardaba en la memoria, cuentos clásicos, relatos propios o de otros, fábulas de los más famosos fabulistas...
Pero creo que faltaría algo importante en el Mundo de los Cuentos, si no hiciera una mención especial a un personaje que hizo mucho por los cuentos y por ayudar a divulgar la literatura en este país fomentando la afición a la lectura. Se trata de Saturnino Calleja, del que a continuación pondré una breve semblanza extractada de Wikipedia.
Y, si lo consigo, publicaría algunos de sus cuentos en los próximos jueves.





Saturnino Calleja Fernández (Burgos, 11 de febrero de 1853-Madrid, 7 de julio de 1915) fue un editor, pedagogo, escritor y traductor español, fundador de la Editorial Calleja, autor de libros de educación primaria y de lecturas infantiles.
Su padre fundó en 1876 un negocio de librería y encuadernación en la calle de la Paz, en Madrid, que fue comprado en 1879 por Saturnino. Él lo convirtió en la Editorial Calleja, que llegó a ser la más popular en España, Hispanoamérica y Filipinas y que publicó, en 1899, un total de 3 400 000 volúmenes.
Realizó tres importantes novedades en el mundo editorial de la época:
Publicó grandes tiradas de los libros y cuentos (con muy pequeño margen de beneficio, con lo que abarató mucho los precios) e ilustró profusamente todos ellos con dibujos de los mejores artistas, con lo que logró unos cuentos atractivos y al alcance de los bolsillos de menor poder adquisitivo, acostumbrando a leer, con ello, a varias generaciones de niños.
Las dimensiones de cada cuento fueron también una novedad, pues se trataba de cuentecitos diminutos que los niños podían coleccionar como si fuesen cromos y conservar o transportar en casi cualquier parte, incluso en sus bolsillos. Cada cuento sólo medía unos cinco centímetros de ancho por unos siete de alto.​
Por otra parte, los libros de pedagogía eran entonces escasos, malos y caros. Calleja editó otros, basados en las más modernas tendencias pedagógicas europeas, y los llenó de bonitas ilustraciones (su gran lema era "Todo por la ilustración del niño") y los repartió, a veces a costa de su bolsillo, por las entonces paupérrimas escuelas de los pueblos de España (los maestros españoles estaban entonces menospreciados, véase por ejemplo el dicho popular «pasar más hambre que un maestro de escuela»).
La Editorial Calleja publicó del orden de los 3000 títulos, y no solo cuentos, sino también libros de texto y de pedagogía (muchos de éstos escritos por el propio Calleja), así como de literatura clásica (varias ediciones del Quijote, la primera edición completa de Platero y yo, etc.).
Es muy conocido por su colección de cuentos económicos, baratísimos, al alcance de todos los bolsillos infantiles que tuvieran 5 y 10 céntimos. De esto deriva la expresión "¡Tienes más cuento que Calleja!". Los elementos folclóricos eran tratados con ciertos tonos instructivos y ejemplificadores, además de resaltar en ellos las notas de un curioso casticismo hispánico que los hacía prácticamente inconfundibles. De invención suya es el final de innumerables cuentos de habla hispana: "...y fueron felices y comieron perdices, y a mí no me dieron porque no quisieron."



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