O la caña creció muy rápido y todo lo demás sucedió enseguida; porque entonces, cuando llevó la flor al final, la princesa ya se habría muerto. Pero es que los cuentos tienen esas cosas y más los de antes.
LA FLOR DEL LILILÁ
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Puede escucharse mientras
se sigue el texto en el
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Érase una vez un pequeño y feliz reino, pero resulta que la princesa enfermó de una rara enfermedad y ningún médico daba con el remedio.
Un día llegó un médico de tierras lejanas y le dijo al rey que su hija se curaría con la flor del Lililá.
El rey ofreció una gran recompensa y casar a su hija con quien le llevase la flor y todo el reino se movilizó en la búsqueda.
Había entonces un matrimonio que tenía tres hijos, y los tres hermanos decidieron salir en busca de la planta. Caminando, caminando, decidieron separarse para buscar mejor y los dos pequeños se quedaron atrás y el mayor marchó solo por otro camino. El mayor encontró la planta y cuando regresaba se encontró a sus hermanos casi donde los había dejado; éstos tramaron la muerte del mayor y quitarle la flor y así lo hicieron. Lo enterraron en un hoyo bien hondo y se fueron al reino a llevar la flor.....
Pero entonces surgió el problema ¿cuál de los dos llevaría la flor?, los dos querían hacerlo y ninguno cedía e iba pasando el tiempo.
En la tumba salió una caña, y un pastor que pasaba por allí la cortó para hacerse una flauta, cuando se puso a tocar en lugar de música se oía esta canción:
Pastorcillo no me toques
ni me dejes de tocar,
me mataron mis hermanos
por la flor del lililá.
El pastor, asombrado no paraba de contárselo y demostrárselo a todo el mundo hasta que llegó a los oídos de los padres y le pidieron que les dejara tocar la flauta, y la flauta al tocarla el padre cantó:
Padre mío no me toques
ni me dejes de tocar,
me mataron mis hermanos
por la flor del lililá.
A continuación la tocó la madre y sonó así:
Madre mía no me toques
ni me dejes de tocar,
me mataron mis hermanos
por la flor del lililá.
Los padres mandaron llamar a los hermanos y les hicieron tocar:
Mal hermano no me toques
ni me dejes de tocar,
me matasteis por quedaros
con la flor del lililá.
Los padres obligaron a los hermanos a llevarlos a donde lo habían enterrado, lo desenterraron y, como pasa en los cuentos maravillosos, volvió a la vida, llevó la flor a palacio, la princesa se curó, se casó con ella y vivieron felices y comieron perdices y a mi no me dieron porque no quisieron.
Que recuerdos que me ha traído encontrar este cuento, tantas veces me lo cantaba mi madre... Que alegría poderlo leer 😊😊😊
ResponderEliminarPues estoy llorando ahora mismo, tengo 43 años y es como si ahora mismo estuviese en mi cama junto a mi madre,escuchándola leer y cantar me el cuento. Gracias a quien lo publico. Muchas gracias
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