
Un nuevo cuento inspirado en esos días que compartimos en el pueblo este mes de Agosto. Dedicado a mis nietos a los que tantas veces he dormido contándoles cuentos.
MI
ABUELO
Puede escucharse mientras
se sigue el texto en el
vídeo que figura al final
¡Lo
sabía!, ¡Lo sabía! Mi abuelo es un astronauta ¿O extraterrestre...? ahora tengo esa duda. Y no lo he soñado, que lo he visto esta noche preparado para el despegue.
Yo
ya sospechaba algo cuando al acostarme y arroparme me hablaba de la
luna lunera cascabelera y las estrellitas, pero no estaba seguro.
Luego,
cuando ya me comenzó a contar cuentos: Los tres cerditos, El Gallo
Quirico y El medio pollico, que son mis preferidos, me di cuenta de
que si no venía de otro planeta, por lo menos lo había visitado,
porque:
¿En
qué planeta los cerdos construyen casas y los lobos soplan y trepan
por las chimeneas?
¿En
qué planeta un gallo habla y un gusano responde desde su tripa a la
llamada de una col, una cabra, un lobo, un perro, un palo, el fuego o
un río?
¿En
qué planeta un pollito cortado por la mitad es invitado por un
príncipe a merendar y es capaz de guardar dentro de su culico a:
una
zorra, un arriero con sus caballerías y sus cántaros y a un río
entero?.
Creo
que debe ser en el planeta de los sueños, porque ha sido esta noche,
mientras estaba con él de vacaciones en el pueblo, cuando he
descubierto su secreto.
Al
pasar por delante de la puerta de su cuarto, que estaba abierta, le
he visto con una máscara y una manguera que salía de ella y
respiraba plácidamente, como disfrutando de un bonito viaje.
También
mi abuela llevaba su máscara y su manguera, debe ser su copiloto en
esos viajes al planeta de los sueños.
Yo
he procurado no hacer nada de ruido para no alarmarlos y he podido
escuchar en sus mesitas de noche sonar el zumbido de los motores de
unos extraños aparatos que tenían unas pequeñas lucecitas.
Ahora
espero que mi abuelo me cuente nuevas historias de sus vuelos a ese
planeta misterioso.
Mamá
me ha dicho que esos aparatos son para una cosa que llama “apnea de
sueño”, pero yo sé que son los respiradores espaciales para volar
al mundo de los sueños.
Si
no, ¿Por qué mi abuelo escribe tantas historias raras?. Unas
historias que nunca podrían suceder en este planeta.
Y
seguiré esperando a que llegue la noche y me cuente nuevas
aventuras: como la de un rey que quería tener un gigante, un
Tiranosaurio
Rex que viajaba por el espacio, unos diablos que se querían llevar a
un señor muy malo, un dragón apagado, un gatito que sólo sabía
niñear o un ratón al que no le gustaba el queso.
Hoy estoy muy nervioso e impaciente. ¿Con qué nueva aventura me dormirá?.