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sábado, 11 de abril de 2015

Dónde están las llaves


Éste "cantocuento" lo escribí para el libro de su primer cumpleaños a mi nieto Óscar y es el protagonista. Resulta que era muy mal comedor, pero no de chocolate precisamente, y le encantaban las cosas con botones que apretar, como mandos o móviles.
(Ahora come mejor, y lo de los botones se le da como nunca)





DÓNDE ESTÁN LAS 
LLAVES
Puede escucharse mientras 
se sigue el texto en el 
vídeo que figura al final



Iba yo caminando por un caminito alante, caminito alante, cuando debajo de un puente descubrí a un joven elegantemente vestido, con ropajes de seda y oro, durmiendo entre desperdicios y restos de cajas de embalaje.
Le desperté y le pregunté quién era y me respondió que era un príncipe y que llevaba ya una semana viviendo bajo el puente.
-¿Y cómo es eso? –le dije- ¿Acaso no tienes donde vivir?
Y me respondió:
- Yo tengo un castillo, matarile rile rile, Yo tengo un castillo matarile rile rón, Chin pón
- Entonces ¿Cómo es que no estás viviendo en él?
- Porque no tengo las llaves
Le pregunté:
- ¿Dónde están las llaves?
- En el fondo del mar matarile rile rile, En el fondo del mar matarile rile rile rón, Chin pón
Me contó que había ido de pesca con una barca y había picado un gran atún blanco, tan grande que acabó volcando la barca y; todo lo que llevaba en ella, incluidas las llaves, se había hundido. Él se había podido salvar agarrándose a los remos de madera que flotaban por allí, hasta que pudo llegar a la orilla.
Ofrecía una real recompensa a quien recuperara sus llaves y ya había varios candidatos para bucear en su busca.
- ¿Quién irá a buscarlas?
Y el príncipe me respondió:
- Pues que vaya Óscar matarile rile rile, Pues que vaya Óscar matarile rile rile rón, Chin pón
Óscar se llegó nadando hasta el lugar que le había indicado el príncipe y tras varias zambullidas a pulmón libre acabó emergiendo llevando en la mano un manojo de llaves de oro que brillaban al sol.
Entonces le pregunté al príncipe:
- ¿Qué le vas a regalar?
Y me respondió:
- Una espuerta de ratones matarile rile rile, Una espuerta de ratones matarile rile rile rón, Chin pón
Le dije
- Eso no le gusta a él
-Pues entonces- me dijo- Papillitas de verduras
- Eso no le gusta a él
- Una cosa con botones.
- Eso si le gusta a él
- Y de postre chocolate
- Eso si le gusta a él matarile rile rile, eso si le gusta a él matarile rile rile rón Chin pón
Y así, todos, tan contentos.
El príncipe pudo al fin entrar en su castillo, darse un baño y cambiarse de ropa porque después de tantos días ya comenzaba a oler mal.
Y Óscar se quedó tan feliz apretando botones que se encendían y se apagaban; mientras, con la cara llena de churretes marrones como pinturas de guerra, daba buena cuenta del delicioso chocolate que le había regalado el príncipe.  


DÓNDE ESTÁN LAS LLAVES

Neptuno se rebusca en el bolsillo
y, de pronto, se encuentra un agujero.
Le asalta un sobresalto pasajero
pues no encuentra las llaves del castillo.

Intenta penetrar por un portillo,
pero escucha a un hipocampo consejero
y al final va y avisa a un cerrajero
para que fuerce o rompa su bombillo.

Se perdieron las llaves y el llavero
que eran de aguamarinas y oro fino;
pero yo, buceando persevero;

que hallar espero, en bosque coralino
o en un pecio que en tiempos fue un crucero,
un tesoro que apañe mi destino.



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