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domingo, 29 de marzo de 2015

El reto

Este es un "trascuento" que trata del origen de 
una flauta con poderes especiales que fue usada 
en Hamelin, así como de los principios del 
mayor luthier violero de todos los tiempos. 



EL RETO

Puede escucharse mientras 
se sigue el texto en el 
vídeo que figura al final


Corría el año 1600 y Tonino Stradivari era el mejor maestro flautero del mundo. A lo largo de su vida como constructor de flautas había usado todo tipo de materiales; desde la humilde caña vulgar, pasando por la de bambú, madera de boj y muchas otras maderas, cuernos, cerámica, metales varios, los huesos largos de extremidades animales; y se decía que, incluso, los humanos.
Había alcanzado ya la perfección en su trabajo y su maestría era insuperable, incluso para él mismo. Había tocado techo y se sentía, por ello, desmotivado y triste
-Ahora ¿A qué me podré dedicar? Necesito algo que sea un reto e inalcanzable para cualquier mortal.
Su última flauta era algo excepcional; producía un sonido que hasta las aves quedaban embelesadas escuchándolo, parecía como si el mundo contuviera el aliento y los árboles no se atrevieran a mover una sola hoja.
Después de aquella flauta, renunció a seguir construyendo otras.
-Para hacer otra peor o igual a ésta, prefiero no hacer nada.
En estas reflexiones andaba cuando una profunda oscuridad se hizo a su alrededor.
-¡Dios mío, me he quedado ciego!
Pero al fondo del taller una intensa y creciente claridad desveló una figura, un ser de luz indescriptible por lo bello, una belleza de otro mundo, de un mundo perfecto.
-No te asustes – le dijo – soy el Hada del Optimismo, y no es porque vea las cosas de color de rosa, sino que mi misión es buscar lo mejor de lo mejor, perseguir la excelencia, lo óptimo. Sé que has llegado a un nivel al que los humanos les es muy difícil llegar; pero has superado los límites de la perfección y ahora te sientes vacío. Los espíritus inquietos como el tuyo no pueden ser desaprovechados en la búsqueda de lo óptimo, y aquí entro yo para facilitarte otra meta en la vida
Tonino se quedó boquiabierto, sin poder articular palabra. El Hada siguió:
-Habrás observado que en mí todo es perfecto, pero debes saber que aún hay algo perfectible; por eso te voy a encargar una varita mágica insuperable, algo así como tu última flauta. Si lo consigues podrás ascender de la condición actual a un estadio superior. Tienes para ello tantos años como los que has dedicado a conseguir la flauta perfecta, aunque confío en que no tardarás tanto. Si necesitas más información puedes consultar el libro llamado “Misteri delle Fate”.
Y, tal como había aparecido, se esfumó
Tonino se quedó pensando
-¿Habrá sido un sueño?
Pero le había parecido muy real. Buscaría aquel libro aunque tuviera que ir por él a Piacenza, a Milano o a la mismísima Roma. Necesitaba algo de asesoramiento, puesto que sus conocimientos sobre magia o sobre varitas eran nulos; lo único que conocía era una amplia variedad de maderas pero, aunque tenía ciertas predilecciones por algún tipo en concreto, ninguna madera le había parecido tener poderes fuera de lo normal. Sólo sabía que había tipos de madera  idóneos para determinados usos y otras para otros, pero para varitas mágicas ignoraba cuál era el tipo de madera adecuado. 
No tuvo que ir muy lejos; en la librería de Cremona acababan de recibir un lote de libros de un noble venido a menos y que tuvo que desprenderse de su biblioteca después de haber liquidado todas las obras de arte de su palazzo; entre estos libros, afortunadamente, se encontraba “Misteri delle Fate”. 
En su taller se acomodó, dispuesto a sacarle a aquel viejo manuscrito sus profundos secretos, pero el libro no estaba dedicado exclusivamente a las varitas mágicas, sino a encantamientos, adivinación, pócimas y filtros,… y las escasas referencias que atrajeron su interés fueron las siguientes: 
“La fuerza de la magia no debe emanar del operador ni de la mano que sujeta la varita, la magia debe fluir únicamente de ella y el que la usa debe actuar exclusivamente como manipulador pasivo, concretando la acción a realizar y el destino de la misma. Esto es así para las auténticas varitas mágicas, hoy en día casi desaparecidas, puesto que en la actualidad es el mago el que formula el conjuro y la varita, a lo sumo, sirve como amplificador del mismo” 
Y otra
“Una varita mágica auténtica, solo podrá proceder del árbol mágico por excelencia y se usará únicamente la parte más dura aunque flexible, más antigua aunque en crecimiento, más limpia aunque sucia”
Eso fue todo lo que pudo sacar en claro, o sea que debía investigar y experimentar por su cuenta si quería cumplir el encargo del Hada.
Sus amplios conocimientos de las maderas en general le permitieron eliminar una serie de árboles que, en modo alguno, se ajustaban a lo que “Misteri delle Fate” definía. Aún así quedaba un número suficiente de maderas para comprobar que podría llevarle meses, si no años.
Comenzó a experimentar con tallos de boj, árbol que en ciertas culturas se consideraba mágico y de una madera especialmente dura.
-¿Y si me he equivocado eliminando los que tienen la madera no tan dura?
Así que comenzó a probar los tallos de otros árboles  o arbustos que, en otras culturas se consideraban mágicos o sagrados. Y así fue descartando:
El serbal,
El fresno,
El aliso,
El sauce,
El majuelo,
El acebo,
El avellano,
El abedul,
El manzano,…
Y así pasaron meses de trabajo sin resultados apreciables
Luego probó con el roble, también considerado mágico en muchas culturas, madera que Tonino conocía muy bien y que para él no tenía ningún misterio, por eso la había relegado, como cosa corriente y habitual.
Probó, como había hecho con todos los casos anteriores, con tallos más delgados, tallos más gruesos, tallos lisos y tallos con nudos. Pelaba las cortezas, los secaba al horno, limaba los extremos para redondearlos, eliminando los bordes vivos, los barnizaba con el mismo barniz artesano que había usado en sus flautas y blandiendo la vara ya acabada, intentaba obtener alguna reacción de la misma formulando un deseo, pero todo era inútil.
Pasaban los años, aunque la falta de resultados no le hacía desistir en su empresa y seguía obsesionado en superar el reto.
Fue la suerte, o tal vez una ayudita del Hada, lo que tras años de fracasos vino a cambiar el curso de nuestra historia.
Un temporal de lluvias persistentes y un viento huracanado se abatió sobre Cremona y la comarca durante varios días. Los daños fueron muchos, especialmente en bosques y jardines en los que se abatieron muchos árboles desarraigados por el viento en un terreno reblandecido por las lluvias.
Tan pronto cesaron las inclemencias del tiempo, todos los habitantes de Cremona, incluido Tonino, salieron de sus casas para ver los daños.
Un viejo roble desarraigado descansaba al pie de un talud, todas sus raíces estaban al descubierto y Tonino tuvo una inspiración, regresó a su casa y volvió con una sierra, cortó la parte apical de la raíz central y regresó presuroso a su taller.
Tonino recordó que los tocones y las raíces que quedaban tras la corta de cualquier árbol eran de lo más duro, sin embargo aquella raíz era de lo más flexible.
También recordó que la raíz central de cualquier árbol nacía desde el primer momento y seguía creciendo con él. 
Aquella raíz que, como todas, estaba enterrada en lo más profundo estaba llena de barro adherido que limpió cuidadosamente, hizo un corte longitudinal y separó la corteza, la parte interior era como un tallo fresco y limpio, sin señal alguna que alterara su pulida superficie. Parecía frágil pero era flexible y Tonino pensó que, como tantas veces había hecho, debía proceder al secado, para lo que fijó la raíz mediante unas tablillas para mantenerla recta y la puso en el horno a baja temperatura durante una semana.
Cuando la hubo desenvuelto estaba totalmente seca y derecha, limó como siempre los bordes, le dio una capa de barniz y esperó a que se secara.
La varita estaba terminada y ahora sólo faltaba probarla. Apuntó con ella a una maceta que tenía en un rincón olvidada y medio seca, y deseó verla florecer e, inmediatamente, la planta reverdeció y se cubrió de flores. 
A continuación la varita pareció tomar la iniciativa, lanzó un rayo de luz hacia un rincón oscuro del taller y allí apareció radiante y luminosa el Hada del Optimismo.
- Lo conseguiste, Tonino, aunque parece que el libro que te recomendé no te sirvió de mucho. Quizá te obsesionaste y te fuiste por las ramas en lugar de ir a la raíz de las cosas, y es que la raíz que sostiene en pie y alimenta al árbol se mantiene siempre en íntimo contacto con la tierra, penetra en ella y absorbe la savia, pero también acumula toda la energía mágica que vaga dispersa por las profundidades. Como decía “Misteri delle Fate”, has conseguido una auténtica varita mágica, has visto como actuaba por su cuenta sin necesidad de un Mago o un Hada. Creemos que tus cualidades no deben perderse, la Humanidad necesita y necesitará siempre a gentes como tú; pero dejaremos que sea la propia varita la que decida qué destino te espera.
Tomó la varita, apuntó a Tonino y se hizo la oscuridad absoluta durante breves momentos. 
Cuando, finalmente, se hizo la luz encontramos a un joven, casi en la adolescencia, como aprendiz en el taller de Niccolo Amati, encolando a un violín la tabla armónica.

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