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jueves, 26 de febrero de 2015

El ratón que no comía queso


De "dos docenas de cuentos frescos" otro de tamaño S






El ratón que no comía queso




Puede escucharse mientras
se sigue el texto en el
vídeo que figura al pie


Érase una vez un ratoncito chiquito, chiquito llamado Bigotillos al que no le gustaba comer queso. Se tenía que buscar trozos de pan duro, verduras, restos de tocino, almendras, trigo y cualquier otra cosa comestible, pero era incapaz de acercarse a la despensa en donde se guardaba el queso, ni tan siquiera a las ratoneras en las que los humanos ponían grandes trozos de queso para hacerles caer en la trampa.
Los demás ratoncitos se reían de él por que no le gustaba el queso, que era el alimento preferido de todos ellos, pero él seguía sin acercarse a las trampas y así, además, evitaba el peligro.
Otro ratoncillo muy decidido, que se llamaba Colalarga, intentó enseñarle la manera de hacer saltar el muelle de las ratoneras utilizando un palito, para después poder comerse el queso sin peligro, pero Bigotillos ni siquiera intentó acercarse a ninguna de ellas.

Colalarga se reía también de él, hasta un día en que, por un descuido, la trampa le pilló la cola y le cortó un buen trozo, por lo que desde entonces le llamaron Mediacola; y, desde ese día, dejó también de comer queso, dejó de reírse de Bigotillos y se hizo muy amigo de él.




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